Durante el año 2002, el sistema de atención en salud en Cartagena no contaba con muchas alternativas o equipos tecnológicos de atención hemato oncologíca pediátrica, y no existían muchos especialistas para su atención. Para ese entonces los niños vulnerables provenientes de zonas rurales del caribe, eran remitidos al Hospital Bocagrande, desde donde el Dr. Jaime Trucco Lemaitre médico con esa especialidad, atendía su práctica privada y era jefe médico.

El hacía los protocolos de atención de los niños y su atención medica comenzó a generar un movimiento de pacientes de escasos recursos que podían acceder al tratamiento médico, que requería de tiempos largos de hospitalización y frecuencia. Los familiares, se quedaban noches y días en los alrededores del hospital, durmiendo, y esperando a sus hijos en unas circunstancias muy difíciles y tristes. Así se inició una red de voluntarios, profesionales que como Alicita Herrera veían el drama de estas familias y comenzaron a apoyarlos, recogiendo dinero entre enfermeras, médicos y familias que tenían pacientes hospitalizados, para ayudarlos a pagar un hostal, o alimentos para que pudieran asegurar un tratamiento. Esa realidad impulsó de manera espontánea una unidad ambulatoria hematoncológica, que posteriormente se consolidó a través de la Dra. Milena Hernández, directora del Hospital Bocagrande junto al Dr. Jaime Trucco jefe de la unidad médica, en la primera unidad hemato oncológica del Hospital.

Si bien los niños comenzaron a recibir atención médica, las dificultades para sus familias y cuidadoras era complicadísima, con muchas barreras para poder sostener en el tiempo un tratamiento. Afortunadamente Rosita Vecchio de Martelo, conoció la situación y también se unió a este grupo de personas, impulsando aún más las acciones que se venían adelantando.

Ella complementó las actividades que se adelantaban y lideró un proceso de recaudos de donaciones masivo y de alto impacto entre personas amigas, no vinculadas al proceso medico ni el hospital, y a fortalecer los procesos de acompañamiento a pacientes y familia. El voluntariado se conformó de personal del hospital, médicos, madres de pacientes de cáncer y personas sensibles a esta difícil situación. El Hospital Bocagrande le cedió un espacio físico al grupo de apoyo, para facilitar el proceso de atención de este voluntariado, que también ayudaba a la institución a resolver los problemas asociados a gente durmiendo o viviendo esporádicamente en los espacios anexos a ella.

Durante varios años funcionó en esa sede la cual el Hospital que luego solicitó pues requirieron del espacio para unas actividades propias de su organización. En ese mismo año de 2006 se constituyó formalmente como Fundación Ayúdame a Vivir, Funvivir, a fin de poder desarrollar de manera más estructurada las actividades de apoyo. Se extendieron los servicios a una mayor articulación con las IPS, a hacer apoyo legal para que accedieran a sus derechos de medicinas y a acompañar a los pacientes una vez salen del proceso inicial hospitalario. Creando una comunidad de apoyo entre familias impactadas por el cáncer, y asegurando en el largo plazo el seguimiento en salud de los niños.

En el 2011 se logró la sede propia, ubicada en Zaragocilla, a partir de un gran esfuerzo de recaudación y donaciones muy generosas de muchas personas. Se convirtió en una Casa Hogar, para los pacientes y cuidadoras que llegan a recibir su tratamiento para superar su cáncer. Años más tarde se adquirió el lote contiguo, con el objetivo de expandir servicios de la fundación.

En año 2014 la Casa del Niño, como se conoce al Hospital Napoleón Franco Pareja, creó su unidad hematoncológica, conformada por sala de quimioterapia y hospitalizados, 4 habitaciones, con respaldo de la UCI que ya existía, y adecuaron para consulta externa de todas las especialidades. A partir de ese momento se formalizó una alianza con el hospital para apoyar a los niños que diagnostican con cáncer en esa institución pediátrica, y nos articulamos para suministrar apoyo adicional que facilita el proceso de la atención integral de los pacientes diagnosticados con cáncer.

En la actualidad, la Fundación Ayúdame a Vivir atiende anualmente a más de 130 pacientes, que ingresan en una fase de hospitalización en la Casa del Niño, algunos son apoyados desde la Casa Hogar, y otros de manera ambulatoria acompañando a los niños y familia durante su proceso de recuperación.

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